Arte

Si estos legendarios pintores hubieran sido arquitectos, según Federico Babina

Imagina por un momento que grandes pintores como Sandro Botticelli, Salvador Dalí o Gustav Klimt cambiaran sus pinceles por la escuadra y el cartabón para dedicarse a la arquitectura.

¿Cómo sería un apartamento surrealista diseñado por Dalí? ¿Qué elementos clásicos incluiría Botticelli en su edificio? ¿Elegiría Klimt el dorado como color principal de su fachada?

Todas estas preguntas las responde el ilustrador y arquitecto italiano Federico Babina en sus series ‘Archist’ y ‘Classic Archist’.


«[Para estos] ejercicios, reinventé el arte, disfrutándome de transformar las obras de artistas famosos en edificios, reconstruyendo virtualmente y reinterpretando su lenguaje artístico en el mío», expone el artista.


La colección tiene como objetivo fundamental conectar el arte y la arquitectura. Dos disciplinas que aparentemente pueden parecer ajenas la una a la otra, pero como demuestra Babina tienen muchos puntos en común.


«La pintura, la escultura y la arquitectura siempre han sido disciplinas complementarias que se influyen entre sí y crecen y se desarrollan a lo largo de caminos comunes. Una escultura es como una microarquitectura, una fachada puede convertirse en un lienzo pintado y un edificio puede tener la forma de las manos de un escultor habilidoso”, explica el arquitecto.

¿Y si Frida Kahlo hubiera sido arquitecta?


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