Albert Dros captura el esplendor primaveral en oníricas imágenes de los Países Bajos
Hay una época del año en la que la naturaleza brilla con luz propia y muestra sus colores de manera más viva, una época en la que saca sus mejores galas y nos deja boquiabiertos con lo sublime de su esencia.
Es, probablemente, la primavera el punto más algido de los bosques, las praderas y los paisajes y es difícil capturar esa atmósfera abrumadora en una fotografía con la magia que merece, aunque para Albert Dros sea algo que hace como el que respira.
Como no hay mal que por bien no venga, Dros este año pasado canceló todos sus viajes internacionales por la pandemia y pasó el tiempo fotografiando los increíbles paisajes que le ofrecen su tierra natal, los Países Bajos.
Con el increíble cariño que se nota que le inspiran sus lugares recurrentes, en su último portafolio hace un homenaje a la belleza de la primavera en esos sitios que forman parte de su ADN. Al mostrar su país de origen, Dros nos recuerda que a veces las mejores fotografías no requieren viajar muy lejos.
Desde campos de tulipanes en flor hasta pintorescos molinos de viento, Dros captura las atmósferas bucólicas de Holanda en la primavera. Para obtener las mejores imágenes posibles, Dros se levanta temprano por la mañana para fotografiar el paisaje cuando se veía mejor.
Esas nebulosas que parecen de cuadro impresionista e invitan a la fantasía y a la ensoñación, las consigue con la luz suave de las primeras horas del día.
‘En Holanda, no somos conocidos por nuestro ‘hermoso’ clima porque a menudo hay muchos días grises con mucha lluvia. Pero cuando estás en una ubicación al amanecer y la primera luz del sol se muestra con una capa de niebla que cubre el paisaje, te olvidas de todos los días lluviosos anteriores’.