El diseñador Lewis Miller concibe hermosos arreglos de flores en los lugares más inesperados de Nueva York. En los últimos tres años, él y su compañía, Lewis Miller Design, han transformado botes de basura en gigantescos jarrones y han usado flores para embellecer el transporte público. ¿Su objetivo? Convertir mobiliario urbano en obras de arte accesible valiéndose de arreglos vibrantes y artísticos que transforman el paisaje citadino.
Miller, quien ha llamado a su práctica “flower flashes”, o “flashes florales”, presentó su proyecto más reciente en el Upper West Side. El diseñador y su equipo convirtieron una de las últimas cabinas telefónicas de la ciudad en una gigantesca pieza de arte floral. Con un telón de fondo conformado por edificios de ladrillo y luces de la calle, esta colorida obra seguramente iluminó el día de quienes pasaron junto a la instalación.
La idea para estos “flashes florales” nació del deseo de Miller por “crear una respuesta emocional a través de las flores” y de “regalar a la gente de Nueva York la misma experiencia que [él] brinda a sus clientes”. Todas las flores utilizadas en las provienen de los eventos de su compañía, y son entregadas a los habitantes de la ciudad. Una vez que queda ensamblado un “flash floral”, Miller y su equipo toman distancia para que otros puedan admirarlo o tomar una flor. Por lo general, los arreglos desaparecen en unas pocas horas (o minutos), lo que contribuye a la naturaleza mágica de estos arreglos.