Esculturas de vidrio fosforescente que se iluminan en contacto con las personas
Imagina que pudiéramos medir las reacciones y los efectos que produce un cuerpo al acercarse a otro; imagina que pudiéramos darles forma y visibilizar esos fenómenos.
Es lo que ha conseguido, en cierta medida, la escultora Rui Sasaki con sus asombrosas instalaciones hechas de figuras de vidrio fosforescente que transmiten luz en contacto con los humanos.
Las curiosas instalaciones de la artista japonesa, transmiten patrones térmicos impredecibles a través de un sutil resplandor de luz azul.
Sus esculturas moteadas, irradian sus tonalidades esmeralda y turquesa una vez que entran en contacto con los espectadores que visitan la exposición y, lo hacen con diferente intensidad, lo que convierte cada experiencia en algo único.
“Sin duda, los visitantes se sorprenderán al descubrir que incluso si no pueden ver nada al entrar por primera vez en la galería, al estar el tiempo suficiente y cuando sus ojos se acostumbren a la oscuridad, los elementos de la obra se harán visibles gradualmente”, explica Sasaki.
El vidrio fosforescente almacena luz que posteriormente brilla en la oscuridad. Lo primero que se ve es oscuridad pero al pasar los segundos estas esculturas empiezan a irradiar esa luz almacenada.
Muchas de las esculturas evocan elementos orgánicos como gotas de lluvia hinchadas o un cuerpo similar al sol. Otros, sin embargo, representan escenas domésticas con vajilla o una lámpara de araña suspendida en una yuxtaposición que se relaciona con la sensación de Sasaki de que había perdido el sentimiento de hogar después de mudarse a los Estados Unidos.
Ahora que vive en Kanazawa, el artista está utilizando el clima y el entorno circundante como una forma de recuperarse del choque cultural inverso y redescubrir su intimidad con su hogar, Japón.
La obra de Sasaki está llenando de magia y luz exposiciones colectivas e individuales alrededor del mundo como la que inaugura en mayo en la Tokyo’s Gallery DiEGO Omotesando.
