A pesar de que las obras con mayor fama del ilustre pintor pertenecen a la corriente cubista, también se debe reconocer la maravilla de sus obras más realistas.
Pablo Picasso es una figura icónica del arte, sus obras más representativas pertenecen a la corriente llamada cubismo sintético, que se distingue por la alteración de la tercera dimensión y descomposición de las figuras en formas sintéticas, sin embargo no todas sus grandes creaciones pertenecen a esta corriente. Picasso logró dominar una técnica figurativa impresionante de la cual sobresalen escenas, paisajes y retratos.
El pintor nacido en Málaga, comenzó su carrera, sorprendiendo a sus familiares y conocidos por su evidente talento, a los 8 años con su primer óleo titulado El picador amarillo, Picasso intento copiar una ilustración de algún afiche o promocional taurino en una tapa de puros.
En 1896, mientras estudiaba la carrera de dibujo en Coruña pintó sus primeros retratos para su periódico personal. Estos retratos reflejan la dedicación de Picasso por los detalles y crear una imagen fiel pero relajada y natural.
Uno de los retratos más hermosos que hizo fue a María Picasso, su madre. Picasso adoptó su apellido como un distintivo por la buena relación que tenían, su retrato captura el perfil adormecido de la mujer, transmitiendo paz y serenidad; la maravillosa técnica en formación del artista logró detallar los reflejos de luz y las texturas de la ropa.
A finales del siglo XIX el paisaje adquirió una gran importancia dentro de la obra de Picasso, especialmente el montañoso, debido a la finca de sus padrinos, en la cual solía permanecer algunas temporadas y estudiar exhaustivamente las montañas de Málaga y sus alrededores. Este tipo de escenarios le dio la oportunidad de ser más libre con su trazo y pinceladas, jugar con las reglas y fundamentos aprendidos en la escuela, pero siempre con un manejo preciso de las luces, sombra y perspectiva.
Para el año de 1897 Picasso tuvo la oportunidad de estudiar en Madrid, lo que le dio la oportunidad de visitar constantemente el Museo del Prado y estudiar todos los detalles de las grandes obras de arte que ahí se conservan, en particular Diego de Silva y Velázquez y El Greco. Este año el pintor hizo Ciencia y Caridad, con 15 años, Picasso representó una escena entre una figura religiosa y una científica, una proyección de sentimientos filantrópicos e interés por el progreso de la ciencia.
A su regreso a Barcelona, el malagueño, comenzó a frecuentar Els Quatre Gats, un café cabaret, allí montó su primera exposición individual y se volvió parte de la comunidad bohemia y artística de Barcelona. Estampó su primer grabado, con la ayuda del artista grabador español Ricard Canals, de un picador conocido como El zurdo, por la invertida la imagen.
Por último, el pintor antes de sumergirse de lleno a su etapa cubista, entró a su llamada etapa azul, en la cual creó un cuadro llamado Niño con Paloma, que muestra la tierna escena de un infante sujetando un pichón con tonalidades pastel y un evidente estilo de trazos próximo a la escuela francesa.