Arte

Las arquitecturas son infinitas en las ilustraciones de Benjamin Sack

Aunque sabemos cuando empieza pero no cuando acaba todo lo que nos ocurre en la vida, de lo que sí tenemos una certeza absoluta es de que todo es finito, de que todo tiene una fecha de caducidad.

En cambio, hay algunas cosas que parecen interminables, que parecen suceder en bucles en los que inicio y final se fusionan contínuamente, como ocurre en las ilustraciones de Benjamin Sack.

El nivel de detalle y de horror vacui tan altos que tienen las ilustraciones de Sack, hace que sea imposible saber en qué punto empieza a dibujar el creativo o en qué punto deja de dar forma a sus arquitecturas interminables.

En los entornos imaginados de Benjamin Sack, no es raro encontrar laberintos angulares que se asemejan a estructuras distópicas, edificios tan juntos que es difícil distinguir uno de otro y pasarelas en espiral como fractales.

Trabajando con pluma y tinta, el artista dibuja intrincadas metrópolis en blanco y negro que oscilan entre la organización y el caos: juega con la geometría, los ángulos y la dimensión para representar mapas desconcertantes llenos de arquitectura tradicional y adiciones surrealistas, como agudos. claves, formas astrales y vertiginosas líneas y puntos.

Su reciente laberinto de un metro de ancho titulado «Per Aspera ad Astra»  fue una empresa enorme y daedaliana que se inició al comienzo del confinamiento en marzo de 2020 y terminó cuando Sack recibió la primera dosis de la vacuna en abril.

“Un gran laberinto emblemático de la época que perseveramos”, como él mismo dice. Una época de la que conocimos el principio pero de la que todavía no conocemos un final que estamos seguros que cada vez está más cerca.

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