Arte

Los edificios que debes conocer para entender la Revolución Mexicana

La Revolución mexicana fue, tal como su nombre lo dice, un cambio radical en el país en el que las ideas del porfiriato se cuestionaron. Porfirio Díaz había logrado coordinar la extensión de la ciudad y la construcción de piezas arquitectónicas emblemáticas gracias al ministro de Hacienda José Yves Limantour, el Director General de Obras Públicas y el presidente del Consejo Superior de Salubridad.

Durante 20 años en los que Limantour acompañó a Porfirio Díaz, las obras públicas aplicaban las técnicas neoclásicas del urbanismo (líneas rectas, simetría, homogeneidad, localización de polos), un ejemplo de ello es Paseo de la Reforma. La ciudad creció, se extendió, se crearon nuevas colonias al oeste y al sur; sin embargo, más tarde con la Revolución mexicana, muchas de las obras se detuvieron, tal es el caso del Palacio Legislativo y el Palacio de Bellas Artes,

En el periodo posterior a la Revolución mexicana se buscó una visión arquitectónica y artística propia que fomentara la unión de los ciudadanos a través de la educación. Como ejemplo, el programa muralista que desarrolló el secretario de Educación Pública, José Vasconcelos, por lo que diversos teóricos llaman a esta etapa un “Renacimiento mexicano”.

Por otro lado, en 1925 se llevó a cabo la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas en París y nació el Art Decó, por lo que este movimiento tuvo mucha influencia en la arquitectura de la época: macizos verticales y geométricos, otorgándole un nuevo estilo contemporáneo a México.

Así, nacieron o se redefinieron nuevas edificaciones que enlistamos aquí.

Monumento a la Revolucin
Éste es también un museo emblemático de la CDMX Reinier Snijders – EyeEm / Getty Images

Monumento a la Revolución

Como parte de los festejos para conmemorar el centenario de la Independencia, Porfirio Díaz propuso la creación de un Palacio Legislativo que fuera la sede de las cámaras de diputados y senadores. Esta construcción se encontraba en una línea recta imaginaria con el Palacio Nacional.

Destinado a ser un nuevo punto central de la ciudad, el francés Émile Bénard se encargaría de su construcción; pero en 1912 el proyecto se pausó por la lucha revolucionaria y más tarde, el propio Bérnard pidió al entonces presidente Álvaro Obregón que adaptaran la estructura; sin embargo, su idea quedó suspendida por la muerte de ambos.

Carlos Obregón Santacilia retomó el proyecto y le dio un nuevo significado. Utiliza piedra volcánica, presenta elementos de Art Déco y esculturas como la Independencia, las leyes de Reforma, agrarias y obreras del artista Oliverio Martínez. En 1936 se constituyó como un mausoleo donde yacen los revolucionarios Venustiano Carranza, Francisco I. Madero, Plutarco Elías Calles, Francisco Villa y Lázaro Cárdenas.

Foro Lindbergh
Éste foro es ahora una especie de monumento en uno de los parques más bellos de la ciudad. Simon McGill / Getty Images.

Teatro Coronel Lindbergh

Ubicado en el Parque México, esta obra del arquitecto Leonardo Noriega destaca por sus adornos Art Decó y relieves policromados creados por el muralista Roberto Montenegro; por lo que se convierte en un reflejo de la época moderna y la visión arquitectónica del nuevo gobierno que impulsaba el nacionalismo a través del muralismo. Fue inaugurado en 1927 por el presidente Plutarco Elías Calles. Lindbergh era un aviador estadounidense que llegó a la Ciudad y voló con el entonces presidente y Álvaro Obregón.

Palacio de Bellas Artes
El Palacio de Bellas Artes es un foro que alberga desde exposiciones hasta conciertos. Kathrin Ziegler / Getty Images

Palacio de Bellas Artes

Porfirio Díaz pidió al arquitecto Adamo Boari un nuevo teatro nacional. Con un estilo Art Nouveau que lo dotaran de líneas curvas y formas de la naturaleza, Boari logró construir los cimientos y el exterior de mármol. Boari abandonó el país tras el estallido de la Revolución Mexicana y la construcción se paralizó hasta 1928, no solo por la salida del arquitecto y el inicio de la Revolución sino que el subsuelo pantanoso hacía que el edificio se hundiera e inundara.

En 1928 el también arquitecto Federico Mariscal retomó la obra. Se aligeró la edificación quitando hierro y la decoración interior se hizo con estilo Art Decó.

El palacio se terminó en 1934 bajo las instrucciones del ingeniero Alberto J. Pani y con el nombre de Museo de Artes Plásticas. Como dato, en el Palacio de Bellas Artes se colocaron las esculturas que representaban a la juventud y la madurez, destinadas en un principio para el Palacio Legislativo.

Biblioteca de Mxico
La Biblioteca de México se encuentra en la Ciudadela y funge como un acervo cultural y literario. Education Images / Getty Images

Biblioteca de México

José Vasconcelos, quien fue parte de la Revolución mexicana, exiliado durante el gobierno de Victoriano Huerta y más tarde nuevamente exiliado con el gobierno de Carranza, regresó a México para ocupar el cargo de Rector de la Universidad Nacional de México en 1920, nombrado por el presidente interino Adolfo de la Huerta.

Vasconcelos trabajó para divulgar la educación, el arte y la acción social. En su gestión, promovió la construcción de múltiples edificios, tales como el Estadio Nacional.

Uno de los edificios más significativos en su vida fue la Biblioteca de México en la Ciudadela, misma que se inauguró en 1946 por el presidente Manuel Ávila Camacho, el Secretario de educación pública Jaime Torres Bodet y José Vasconcelos, quien fue su primer director hasta su muerte. Esta biblioteca también era conocida como José Vasconcelos; sin embargo, después de la inauguración del recinto creado por Alberto Kalach (biblioteca Vasconcelos) se ha eliminado este apelativo para evitar malos entendidos.

En su remodelación, el arquitecto Abraham Zabludovsky amplió el espacio y más tarde, en 2011, también se hizo una remodelación con costo de 550 millones de pesos a cargo del despacho BGP.

Frontn Mxico
El Frontón México ha visto pasar incontables eventos. Hans Neleman / Getty Images

Frontón México

Este edificio es otro ejemplo de la concatenación de ideas en la arquitectura mexicana de la época. Realizado por Joaquín Capilla y el ingeniero Teodoro Kinhard e inaugurado en mayo de 1929, el Frontón México cuenta con macizos característicos del Art Decó y tiene motivos indígenas hechos en cantera.

UNAM Biblioteca Central
Ésta es la edificación más representativa de la Universidad Nacional Autónoma de México. Jeff Greenberg / Getty Images

Biblioteca Central

Carlos Obregón Santacilia, parte de la primera generación de arquitectos y artistas de la Revolución mexicana, tomó como pupilo al joven Juan O’Gorman, quien más tarde impulsaría una arquitectura técnica y funcionalista apropiada para el pueblo.

Obregón contrató a O’Gorman en su despacho. Inspirado por las ideas de Le Corbusier, Gaudet, Reynaud y la Bauhaus, Juan O’Gorman se apegó a la arquitectura funcionalista y bajo ese precepto construyó su casa, la Casa-Estudio Diego Rivera Frida Kahlo y otras edificaciones como “La granja Sanitaria de Popotla”.

O’Gorman realizó la Biblioteca central de la UNAM junto con los arquitectos Gustavo Saavedra y Juan Martínez Velazco. Basada en el movimiento funcionalista, la biblioteca central alberga algunos de los murales más importantes de México. En sus cuatro lados se observan mosaicos de piedras de colores que de dan, según el mismo arquitecto, su carácter mexicano.

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