Editorial

ATAJAR…

El miedo a lo desconocido nos remonta a nuestros primeros días como especie, cuando no había forma de enfrentar un mal oculto e impredecible. El miedo paraliza, y es cuando debe surgir la fuerza interna que todos tenemos e instintivamente mostramos ante la emergencia.
Tenemos la obligación de tranquilizar y serenar a quienes confían en nosotros, eso a pesar de la prueba más terrible que tenemos que afrontar: el no poder tocar ni besar a las y los que amamos, pues siendo tan importante el contacto físico en las relaciones humanas. Esta intranquilidad produce desasosiego y sueño irregular. Estamos tristes y con miedo, atónitos ante la impotencia frente a este enemigo desconocido e imprevisible. Hoy tenemos que vivir en aislamiento obligado, y también, hoy debemos reírnos, reír mucho!

Transitando por un camino sin retorno, que puede ser cíclico, lineal, o una figura del ascenso y la caída, ahí tal vez tendremos la oportunidad de atajar esta crisis múltiple tan sorpresiva y que todavía no alcanzamos a dimensionar, intentando otro enfoque a este capitalismo híbrido que estamos viviendo. Las Autoridades y el Capital pueden no solo ser reactivos como hasta ahora, pueden con la inyección de recursos disponibles, intentar cosas nuevas como, crear y promover mercados que produzcan crecimiento sustentable e incluyente, en los que las acciones y decisiones sean tomadas más por interés público que por utilidades, propiciar y promover la investigación y desarrollo y fortalecer los sistemas de salud, reinvertir en la innovación más que producir dividendos a los accionistas. Y finalmente se podrá presentar la oportunidad de iniciar una verdadera economía verde que no nos lleve al abismo, como está
sucediendo hoy.

To live with less. No nos vuelve necesariamente una civilización más primitiva, y si seguro más sabia y equilibrada. ¿Será posible ponerle límites al crecimiento? Ese afán de acumular se ha convertido en una carrera desaforada por tener más, vender más, comprar más, aparentar más, vivir más… que parece no tener límite, es como la carroza con caballos desbocados que se dirige al precipicio. La consigna debería ser: Ser más (dar) y no, tener más (quitar).

Lo que sucede con las obras de construcción es como con las mujeres, el problema es empezar y terminar, lo de en medio como quiera… Con ellas, el amor no es ni único ni exclusivo, es un intento por rodearte de belleza, en la que una buena acción no representa un compromiso de reciprocidad, los beneficios voluntarios deben otorgarse sin esperar recompensa.
Las vidas secretas no necesariamente son vidas paralelas, en realidad pueden cada una andar por su lado, solo tratando de no afectarse unas con otras. Les sucede a algunos bobos que se meten premeditadamente en problemas, para ver si pueden salir de ellos, manteniendo una actitud tensa y alerta, pero preservando la intimidad secreta de los encuentros espontáneos.
El acto de escribir, intentando plasmar con la mayor claridad posible ideas, fabricadas a base de palabras, a su vez hechas de letras, y que se van formando como un concierto coral, a veces militar, a veces angelical, a veces individual, a veces colectivo, frontal y lo más directo posible.
De esos días en que empiezas poniéndote mal el calcetín, con el talón en el empeine, y tienes que volver empezar de nuevo, a reconstruir lo que estuvo mal hecho.

Cuando ya casi no te puedas mantener en pie y se agolpan jirones de recuerdos y de pasos Inciertos que te llevaron a donde nunca imaginaste. Saber que alguien te extraña y te necesita debe ser un verdadero regalo, inesperado y tal vez inmerecido.

A veces entristece ver tanto talento desperdiciado (Jerry Seinfeld)

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