DISEÑAR
Un cliente, al solicitar un servicio de proyecto arquitectónico o de ingeniería para una casa, departamento, oficina, comercio, industria, etc. difícilmente entienda y acepte la importancia del diseño profesional. Pocos aceptan pagar lo justo, al no entender que es la etapa más importante del proyecto: la gestación. Lo que ahí se defina estará presente en toda la vida útil de ese espacio físico, ya sea un error o sea un acierto. Hoy que vivimos atrapados en espacios personales, al mínimo contacto con otros, es que entendemos la importancia de las cercanías, lejanías, privacidades y distancias. Un buen diseño o ingeniería no es un costo, es una inversión. Algunos podrán considerar un “lujo” el costo del diseño e ingeniería profesionales. Nada más alejado de la realidad, son verdaderas herramientas para ahorrar tiempo y dinero, y así conseguir el bienestar, la salud y la productividad.
El espacio que se habita es determinante en el bienestar y la actitud. Los espacios condicionan los comportamientos, pues la arquitectura no es una aventura privada, es la huella de la memoria que nos hace sentir menos solos, pero debe ser una presencia flexible y adaptable. No puede ser estática a pesar de ser pétrea, pues vive por sus espacios y no por sus muros y techos, y como todo, tiene una vida. Espacios flexibles en el sentido de que sean posibles varios usos diferentes durante su vida útil. La historia nos muestra ejemplos de edificios que fueron, por ejemplo un monasterio, y luego presidio, hospital, escuela, museo, comercio o vivienda. Los tiempos cambian, y las costumbres transforman la cultura. Nada se libra del cambio y la transformación. Los espacios tienen sus propias funciones además de las que les damos, pues hay quienes hacen de la cocina su centro de operaciones, a pesar de ser ruidosa, sucia y olorosa. Para otros es el baño en dónde se puede leer y escribir, y además al frotarse la cabeza con el champú, pueden surgir buenas ideas.
Espacios interiores abiertos, luminosos y muy ventilados para reducir el riesgo de contagios, con entradas de sol, de materiales lavables en colores claros, y con cambio de acabados y colores en pisos, al cambiar de nivel o al pasar a otro espacio. Escaleras cómodas, con tramos cortos, peldaños justos y pasamanos seguros que faciliten la sujeción de las manos. Nada de pasamanos gordos y pesados de corte “imperial” que solo son motivos decorativos, imprácticos e inseguros. El diseño e ingeniería desarrollados profesionalmente es algo que se va perfeccionando en el proceso. Es peligroso construir con un diseño preliminar pues no está terminado, se perderá tiempo y dinero, ya que es apenas un concepto.
Espacios exteriores ventilados, con música, pantallas y facilidades técnicas que permitan una junta por zoom. Techados o no, donde se pueda estar, trabajar y convivir. Con ventiladores, chimenea e iluminación ambiental y de tarea, para estar en contacto con la naturaleza a través del sol, el agua, jardines, árboles y plantas. Los espacios exteriores bien diseñados mantienen la alegría de vivir y ayudan a olvidar, aunque sea por momentos las desgracias que nos aquejan, propiciando actitudes positivas. Los cafés al aire libre, como áreas de trabajo públicas y compartidas, son negocios, y son una liberación de la rutina ¿Cuánta gente va a un Starbucks y con un café de tres horas hacen negocios y llamadas, cierran acuerdos? Todos queremos despertar de la pesadilla actual, salir, convivir y trabajar. Hacer lo que antes hacíamos, aspirando a vivir sin temores, con la certeza de que aunque sea la primera vez que estas en ese espacio, no te sientas ni inseguro, ni perdido, ni confuso.