Editorial

EMPRENDER…

EMPRENDER…                                                                                                           

Los números redondos no cuadran

Cada ciudad tiene su propia identidad y su propia cultura de comportamiento, hasta su propia forma de conducir vehículos, influyen también, factores climáticos, históricos, geológicos etc.

Las ciudades medievales fueron pensadas para caminar, crearon el comercio y la industria y de ahí surgen los empresarios. Nuestras ciudades están despersonalizadas y rendidas al automóvil y la tecnología, urge dignficarlas y humanizarlas, pues para el año 2050 vivirán en ellas dos tercios de la población mundial.  Ahí  están  proliferando  distintos proyectos de construcción (oficinas, habitación, comercio). Hablaremos aquí del  emprendedor inmobiliario.

Hay proyectos especulativos;  una inversión programada para obtener rendimientos atractivos en la que, en ocasiones se utilizan materiales y sistemas constructivos  más económicos, mínimos y fáciles de conseguir y manipular. Para darles valor, el secreto está en darles un atractivo tal que sea un producto deseable, en base a buen diseño, práctico y racional, y de ser posible elegantes y aspiracionales: se construye, se termina, se vende y se entrega . Y hay también proyectos patrimoniales en los que él  o los inversionistas van a vivir y/o trabajar en ellos. Se invierte más tiempo, recursos y esfuerzo en el diseño y construcción, se espera de estos  proyectos mayor rentabilidad a un universo más pequeño,  se esperaría más durabilidad y satisfactores, menos tiempo y costo de mantenimiento de equipos, mayor  calidad y garantías . Se debe resaltar el valor, el coraje y el arrojo de los buenos inversionistas en esta  actividad tan de alto riesgo y con muchas variables en juego al mismo tiempo.  Un edificio o conjunto casi  siempre trasciende a quien lo gesta, por eso  hay una gran responsabilidad social para dejar  algo de valor a las próximas generaciones.                                                                                                                                                                                                                                                        

Edificos  antropomórficos, a imagen y semejanza del humano, edificios que miran y son mirados, que respiran , que hablan y escuchan. Construir en una sinérgia entre la eficiencia y la creatividad. Diseños en los que las cosas cumplan más de una función como algunas partes del cuerpo humano, la boca, los dedos de las manos, los órganos sexuales, y dentro de ello, una gran flexibilidad en la que también, algo que iba a servir para una función, acaba sirviendo para otras funciones. El azar también está en el juego.

La organización de una obra requiere de un alto control y supervisión de los inversionistas, y un manejo racional y programado de los recursos, está expuesta a sorpresas constantes e implica la actividad coordinada de un equipo muy profesional en el que alguien esté siempre cuestionando el proceso. La arquitectura es en escencia el manejo del espacio habitable, en un ánimo de diferenciación y un deseo de participación misterioso.                                                                                                                                                                                                                       

Imhotep, el arquitecto egipcio creador de la primera pirámide:  Saqqara (2600 A.C.) la única con dos ángulos en su perfil, y  creada para  que el espíritu del  faraón pudiera montar hasta los cielos. Imhotep fue muy respetado,  deificado y adorado en los templos, un extraordinario honor para alguien que no tenía  sangre real, un arquitecto en  Egipto era tan importante como un estadista o político, en una de las civilizaciones del agua, dependiendo  del río Nilo tal como Mesopotámia  dependía  del Tigris y el Eufrates. Los egipcios eran bélicos pero no exterminaban a sus enemigos, los sometían y les cobraban impuestos, consolidando alianzas con sus pares, y respetando ciertos límites territoriales y culturales. Daban además un gran valor al simbolismo,  permanencia  y funcionalidad de los edificios en  la ciudad.

El capitalismo está en crisis, es cierto que ha sacado a millones de personas de la pobreza,   pero se ha vuelto egoísta. En la pirámide del ingreso está  creciendo el número de pobres, una de las pocas salidas para resolver la creciente desigualdad social puede ser el  cobrar mayores  impuestos a los de mayores ingresos. Y tal vez redistribuirlos a la sociedad en obras de beneficio social,  haciendo a un lado a la ineficiencia y corrupción de los actuales gobiernos. Esto es, creando una nueva  figura administrativa ciudadana, que inspire más confianza en el manejo y uso de los recursos.                                    

                                                                                                                            

Un perro no es más que una lealtad en busca de una causa                                                                                                                                               

  • Jaime Rafael Pérez García

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