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Cortinas para dividir espacios: Hacia una arquitectura fluida y adaptable

Durante las últimas décadas, los espacios interiores se han vuelto cada vez más abiertos y versátiles. Desde los gruesos muros y las múltiples subdivisiones de las villas Palladianas, por ejemplo, hasta las plantas libres y multifuncionales de la actualidad, la arquitectura intenta combatir la obsolescencia al proporcionar los entornos más efectivos para que la vida pase como debería, facilitando las experiencias cotidianas de las personas en el presente, pero también en el futuro. Y aunque las antiguas villas de Palladio todavía pueden acoger una variedad de funciones y estilos de vida, readaptando sus usos sin cambiar un centímetro de su simetría y modulación original, en la actualidad la flexibilidad parece ser la receta para extender la vida útil de los edificios tanto como sea posible.

¿Cómo diseñar espacios lo suficientemente neutros y flexibles como para adaptarse al ser humano en evolución, sin dejar de ofrecer las soluciones que cada persona requiere hoy? Un antiguo elemento podría ayudar a redefinir la manera en que concebimos y habitamos el espacio: las cortinas.

Con evidencias concretas detectadas durante la Edad Antigua y el Imperio Romano, las cortinas han acompañado por siglos al ser humano en la creación de sus espacios interiores. Mosaicos de la antigüedad clásica, manuscritos ilustrados de la Edad Media, e incluso pinturas holandesas de 1600, muestran habitaciones que incluían cortinas utilizadas de múltiples maneras [1]. Durante el Medioevo, y replicándose en las épocas siguientes, cortinas enrollables se utilizaron para aumentar la privacidad de las camas, mientras que en Asia y Europa, la cortina tuvo bastante fama bajo el nombre de Portière, decorando las puertas con pesadas piezas de terciopelo o felpa. En la época victoriana, cenefas, lazos, cordones y otros accesorios se combinaron con los más diversos patrones, diseños y tipos de telas.

En 1927, las cortinas fueron incorporadas magistralmente en la arquitectura moderna a través del Café Samt & Seide, diseñado por Mies van der Rohe y Lilly Reich para la exposición «Die Mode der Dame» en Berlin, Alemania. Aquí, el espacio de 300 metros cuadrados fue zonificado con cortinas de seda y terciopelo, ubicadas estratégicamente y distribuidas por colores y alturas. Décadas más tarde, en 1995, el arquitecto japonés Shigeru Ban reinventó las tradicionales pantallas y persianas japonesas al diseñar una icónica vivienda revestida con enormes cortinas de doble altura, variando las conexiones entre lo público y lo privado según sea requerido por sus usuarios.

Hoy en día, los materiales y estilos han cambiado. Las telas sintéticas y los nuevos sistemas de instalación y funcionamiento entregan nuevas posibilidades de aplicación, además de distintos niveles de opacidad, absorción de luz, aislamiento térmico y acústico, y protección UV, incluyendo incluso sistemas automatizados. Y aunque su función principal sigue estando asociada a las ventanas, su capacidad de asegurar una alta fluidez y flexibilidad ha convertido a las cortinas en una opción efectiva para dividir y zonificar espacios.

Revisa, a continuación, una serie de proyectos que siguen esta lógica, incorporando cortinas no sólo como ‘muros’ livianos y ajustables, sino como un punto central en la estética del ambiente.

JL Madeira Office / Metro Arquitetos Associados

«Los tres espacios de trabajo pueden aislarse parcialmente con el uso de cortinas que, cuando están cerradas, crean volúmenes difusos con formas orgánicas».

Jisifang Store / Neri&Hu Design and Research Office

«Al entrar, el visitante se sumerge en una constelación equilibrada de recintos iluminados. Cada espacio cilíndrico suspendido presenta una categoría de la marca y proporciona un espacio contemplativo que armoniza y celebra su contenido. Colgada de un anillo circular de madera, la cortina textil proporciona un telón de fondo para poner en primer plano las prendas, mientras protege al visitante de cualquier desorden visual».

PURE / Sílvia Rocio + Mariana Póvoa + esse studio

«La introducción de las cortinas permite la organización funcional del proyecto, definiendo diferentes entornos dentro de un área de solo 60 metros cuadrados. Estos elementos permiten ‘sentir’ todo el espacio o dividirlo en espacios programáticos predefinidos: área de trabajo, sala de reuniones, salón y cocina».

Nagi Apartment / UUfie

«Las cortinas entregan privacidad y a su vez permiten que la luz se transmita a través de los espacios. Según lo experimentado, los espacios cambian y se ajustan a la vida de la familia, mientras que sus rieles permanecen siempre allí, como una columna vertebral para soportarlos».

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