Urbanismo y Construcción

Amapolas urbanas gigantes que se abren cuando los peatones pasean debajo de ellas

El mundo de las intervenciones y las instalaciones urbanas, nos dan continuamente alegrías, llenan de color nuestras vidas y pueden hacer que un simple paseo por la calle se convierta en un momento realmente mágico.

Cada vez más artistas eligen hacer de sus obras y sus diseños algo global que, lejos de la exclusividad que proponen las galerías, sitúan el arte y la cultura a pie de calle para que se integre con el entorno e invite a la interacción.

Con el objetivo de lanzar un mensaje medioambiental y jugar con el movimiento continuo que existe en las urbes, HQ Architects ha desarrollado una instalación pública que ofrece un diseño alegremente receptivo.

El proyecto «Warde» (Guardián), ubicado en la Plaza Vallero de Jerusalén, es un área urbana que se encuentra en malas condiciones y, por ello, acoge un conjunto de esculturas de flores altísimas, lo suficientemente grandes como para llamar la atención desde cualquier punto.

En lugar de luchar contra la naturaleza metropolitana del mercado, los diseñadores han querido trabajar en armonía con el municipio; estas amapolas gigantes de poderoso color rojo se activan con sensores del movimiento, lo que significa que florecen cuando los peatones pasan o cuando detectan algún coche.

Los creativos de HQ declaran, «El espacio urbano reacciona repentinamente a las personas que lo utilizan»; los peatones pueden utilizar las flores para protegerse del sol o cobijarse en su luz cuando se acerca la noche.

En el momento en el que el radio de acción no detecta ningún tipo de movimiento, las flores se marchitan y cierran sus pétalos hasta que la próxima oleada de actividad los aliente a florecer una vez más y les den vida con la energía que emanamos.

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