Papalote Museo del Niño, un edificio de Legorreta Arquitectos creado para despertar la imaginación
ARQUITECTURA: LEGORRETA INTERIORISMO: LEGORRETA + TDM Arquitectos
Cuando se planteó el proyecto de crear el Papalote Museo del Niño el reto arquitectónico recayó en Ricardo Legorreta del despacho entonces conocido como Legorreta Arquitectos. El plan consistió en diseñar un edificio de formas novedosas, colores y materiales de sencilla comprensión para despertar el interés y la curiosidad de los pequeños visitantes que los invitara a sentirse libres de explorar.
A comienzos de los años 90, pocos eran los espacios destinados para los niños por lo que el Papalote Museo del Niño se convirtió en un referente cultural y social. El objetivo era concebir un recinto 100% interactivo que permitiera integrar el juego como una forma para obtener conocimiento.
Ubicado en la segunda sección del Bosque de Chapultepec, este museo abarca un total de 24,000 metros cuadrados. Por el exterior, el Papalote Museo del Niño se caracteriza por el uso de azulejos mexicanos en color azul, amarillo y naranja mientras que por dentro, Legorreta Arquitectos creó espacios cargados de luz natural y colores vibrantes para dotarlo de calidez que desafía las estructuras tradicionales de un museo.
Al inicio, abrió sus puertas con 290 exhibiciones, mismas que aumentaron hasta llegar a ser cerca de 320. La suma de nuevos contenidos ha implicado la constante renovación del discurso museográfico como del espacio físico, siendo la renovación más profunda la ocurrida en 2016, donde se remodelaron espacios, contenidos y la aplicación de medidas sostenibles en el funcionamiento del museo.
La Remodelación
Tras 22 años de trayectoria, el museo contaba con diversas áreas de oportunidad que limitaban su capacidad para atender la creciente demanda de visitantes; en promedio recibe 750,000 visitantes por año y ha recibido a más de 18 millones de personas desde su fundación.
En 2016, se llevó a cabo una remodelación realizada por el mismo despacho fundado por Ricardo Legorreta pero este vez bajo el nombre de Legorreta. La meta principal era agilizar el flujo a través de ciertas áreas, mejorar la distribución y buscar que Papalote se transformara en un edificio sustentable.
Para lograrlo, la renovación contempló el uso eficiente de los recursos naturales, adecuando los espacios para recibir mayor luz natural y complementarla con iluminación inteligente tipo LED. Además, se privilegió la ventilación natural y se implementó la tecnología necesaria para reciclar aguas grises y negras.
Además, el denominado Jardín Maya fue regenerado y se convirtió en un bosque donde se reciben a los grupos escolares.
Desde su fundación, Legorreta Arquitectos -ahora solo Legorreta- ha buscado relacionarse con proyectos arquitectónicos inspirados en los valores humanos y que destaquen las raíces de México. Hoy por hoy, el Papalote Museo del Niño es un edificio que invita a la alegría y a la participación, un testamento visual de la posesión más preciada de cualquier nación: sus niños.