Arte

¿Por qué los gatos en las pinturas de la Edad Media tenían rostros humanos?

Hay una explicación bastante tétrica para este estilo…

¿Eres de los que suelen dormir todas las noches con ellos o pasar largas horas en cama disfrutando de su compañía mientras ves películas?

¿Los prefieres en lugar de los perros por su carácter místico, un tanto huraño, pero cariñoso, y por su vida independiente?


Si tus respuestas han sido sí, seguramente sabes que: estos felinos pasan dos tercios del día durmiendo, que las bolas de pelo que expulsan por sus gargantas se llaman tricobezoares, que se encargan de su propio aseo, que su lengua no es capaz de percibir los sabores dulces o que comienzan a soñar a partir de su primera semana de vida. Es muy probable que ya hayas leído innumerables veces «El gato negro» de Edgar Allan Poe, todos los libros de Murakami por incluir a menudo a estos felinos. Además, seguro tienes por lo menos una decena de camisetas con imágenes de ellos.

¿Por qué los gatos en las pinturas de la Edad Media tenían rostros humanos? 1

Sin embargo hay algo que quizá no sepas y es precisamente la respuesta a la pregunta que titula este texto. Dicen que “la curiosidad mató al gato”, pero contigo no pasará lo mismo, al contrario: amarás más el misterio que se esconde detrás de esas pupilas verticales.

En la Edad Media, la mayor parte de la población carecía de una instrucción adecuada que le permitiera pensar más allá de resolver sus necesidades básicas diarias. Mujeres, hombres e incluso menores cosechaban, salían de caza y comerciaban para ganarse el sustento diario. Su mundo se reducía a saciar su hambre, confeccionar sus vestimentas, llevar leña a sus hogares para calentar las largas noches de invierno y poco más. Cuestiones científicas, filosóficas y religiosas no formaban parte de sus patrones mentales. El conocimiento estaba en manos –y en la mente– de unos cuantos que sabían leer, por lo regular gente allegada a la Iglesia y de casa acomodada que decidían la vida de todos los campesinos y personas pertenecientes a la clase trabajadora.

Gatos en la edad media


Ante la falta de educación y cultura de la mayoría de la población, de alguna manera la Iglesia tenía que hacer llegar los mensajes de adoctrinamiento a sus fieles seguidores. La distribución de panfletos era impensable, pues nadie podría entender los textos allí impresos. Como una imagen tiene un carácter mucho más inmediato y a veces más impactante, la Iglesia decidió que por medio del arte se podría dar a conocer el mensaje moral que deseaba inculcar en los feligreses.

Pinturas de gatos


Casi todo el arte medieval cumple esta misión educativa por imposición a los artistas, quienes renunciaron a llevar a cabo una obra personal en pos de servir a la Iglesia en su campaña. La representación de animales con rostros humanos (especialmente de gatos) caminando sobre dos patas, aferrando objetos o tocando instrumentos musicales, no es producto de la casualidad o el capricho de crear un arte fantástico. Por medio de estos dibujos o pinturas se deseaban representar los vicios, pecados y virtudes propios de los humanos en los animales para dar una lección moral. 

Pintura de gato


En la Biblia se habla de la pureza física y espiritual de los primeros seres humanos (Adán y Eva) antes de caer bajo la tentación del Fruto Prohibido y cometer el primer pecado original. En cuanto la pareja que vivía en el Edén pierde su carácter de pureza, es expulsada y rebajada a la condición de naturaleza caída, inferior o corrompida, casi tan salvaje como una pareja animal. Entonces había que representarlo de esa manera para que se diera cuenta de las consecuencias de transgredir los sagrados preceptos. El arte medieval quería dar a conocer este mensaje a sus súbditos: peca y te convertirás en una especie primitiva, de carácter salvaje y pensamientos irracionales como los de una bestia. Dicho mensaje se plasmó, como ya lo hemos visto, en gatos bípedos que llevan a cabo acciones destinadas sólo a los humanos.


María Dolores–Carmen Morales Muñiz, experta en arte de la Edad Media, dice: «No obstante hay que decir también que, por la forma de trabajar el artista medieval —doctrina del imitatio—, buena parte del arte animal de esta época no era necesariamente simbólico. En otras palabras, la plasmación del animal podía, responder, a veces, a criterios estrictamente decorativos. En bastantes ocasiones el animal era copiado sin más de tradiciones grecorromanas y paganas sin el menor atisbo de convertirlo en símbolo de nada (…) San Bernardo, en concreto, defendía el anticonismo animal y no consideraba a éstos especialmente útiles como símbolos religiosos».

Pintura de gato en la edad media

Humanos y animales: una relación extraña en la Edad Media

En la Edad Media se llevaban a cabo juicios públicos contra animales cuando éstos cometían “faltas” judiciales. Por ejemplo, en 1457, en Savigny, Francia, una cerda y sus lechones fueron acusados y enjuiciados después de atacar y asesinar a un niño de 5 años, según un grupo de testigos. Los animales fueron llevados a juicio en el que la cerda fue condenada a ser colgada de las patas traseras, mientras sus lechones resultaron exonerados. En aquella época, se creía en un estricto orden jerárquico en el que estaba Dios en la parte más alta, los humanos en segundo término y los animales hasta el fondo.

Estos últimos eran tratados como seres inferiores que debían responder por sus actos como se haría con un hombre. Su concepción del orden divino era tan estricta que era necesario restaurarlo mediante el castigo oportuno. Por ello era que las pinturas donde los animales aparecían con rostros humanos eran la representación perfecta para advertir que toda falta equivaldría a “convertirse” en un ser inferior y abandonado por Dios.

Pintura con rostro de gato

Tu animal predilecto siempre ha sido objeto de veneración y polémica por su manera de ser tan enigmática e incomprendida la mayor parte de las veces, por ello comprendemos a los que deciden convertirse en amantes de los gatos y deciden llevar un tatuaje de estos animales para recordar su infinito amor por ellos.

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