Urbanismo y Construcción

¿Qué es la neuroarquitectura?

Se sabe que el entorno físico influye directamente en nuestra cognición, por lo que la neuroarquitectura es una de las grandes tendencias de los últimos años.

La iluminación, las zonas verdes, los colores o los techos, son algunos de los elementos que esta materia toma en cuenta para crear espacios que estimulen los sentidos de las personas.

A continuación, compartimos qué es la neuroarquitectura y cómo aplicarla.

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Los espacios abiertos y formas curvas ayudan a relajar la mente según la neuroarquitectura.Doug Stratton / Getty Images

¿Qué es la neuroarquitectura?

Bajo el supuesto de que el espacio que nos rodea afecta directamente nuestra cognición la neuroarquitectura se puede definir como el entorno construido que ha sido diseñado con principios derivados de las neurociencias.

Así, esta rama tiene como fin crear espacios que favorezcan la memoria, la mejora de las habilidades cognitivas y la estimulación de la mente, no solo pensando en funcionalidad de los espacios, sino que esta levanta el estado de ánimo, disminuye el estrés y ayuda a la solución de problemas en la vida cotidiana.

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Los espacios verdes son esenciales en el diseño según la neuroarquitectura.Getty Images

¿Cómo surgió la neuroarquitectura?

El origen de la neuroarquitetura se remonta a 1998, cuando dos neurocientíficos, Fred H. Gage y Peter Eriksson, descubrieron que el cerebro humano era capaz de producir nuevas neuronas en la edad adulta con un entorno estimulante.

Fred Gage, quien trabajaba en el Salk Institute, concluyó que al diseñar los edificios que habitamos, el entorno construido cambia nuestra conducta y modifica nuestro cerebro.

Por ello, la relación entre la arquitectura y la neurociencia es evidente, gracias a la sinergia a la hora de diseñar espacios que ayuden a mejorar la experiencia de las personas que viven, aprenden y trabajan en ellos.

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La neuroarquitectura toma en cuenta la luz, las formas y colores para estimular la mente.Lena Ganssmann Photography / Getty Images

¿Cuáles son los principios básicos de la neuroarquitectura?

La neuroarquitectura establece aspectos claves a la hora de diseñar los espacios, para lograr que la mente se estimule y permanezca relajada, entre ellos:

Iluminación

La luz atrae al ser humano, al ser un elemento clave que guía al individuo en su experiencia en el edificio. La luz natural ayuda a la concentración de las personas y relaja la mente.

Espacios verdes

La sensación de estar encerrados genera estrés y disminuye la productividad de las personas, sin embargo, la luz natural y los espacios verdes ayudan a abrir la mente, aumentar la concentración y favorecer la calma.

Techos

Según estudios científicos, la altura de los techos también influye en la concentración y actividades de las personas. Así, los techos altos son ideales para las tareas más creativas, mientras que los techos bajos favorecen un trabajo de carácter más rutinario.

Colores

Los colores influyen y condicionan el estado de ánimo de las personas, ya que los tonos cercanos a la naturaleza como verdes, azules y amarillos reducen el estrés, aumentan la sensación de confort e inciden sobre la percepción del espacio como un edificio saludable. Por otro lado, los tonos cálidos como el rojo captan la atención del receptor, por lo que se recomiendan en tareas que requieren de mayor concentración.

Elementos arquitectónicos

Asimismo, los ángulos o formas empleadas en la arquitectura también tienen incidencia en el cerebro del ser humano. Mientras los espacios rectangulares son entendidos como edificios menos agobiantes que los cuadrados, los ángulos marcados de las edificaciones favorecen la aparición de estrés o ansiedad frente a las curvas o contornos suaves, que generan una sensación de seguridad y comodidad.

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