Una cabaña Wabi-Sabi tiene las mejores vistas de las montañas de Blue Ridge
Ser audaz permite llegar lejos y Betsy Brown es la prueba. Durante años, la diseñadora de interiores buscó una cabaña en el área de Green River en Carolina del Norte, Estados Unidos, donde sus hijos manejan negocios de aventura que seducen a los apasionados de las actividades acuáticas. A pesar de no haberla encontrado a la primera, Betsy no abandonó la búsqueda hasta que su paciencia finalmente la recompensó.
“Cuando esta cabaña —que descubrí en un sitio web de bienes raíces— llegó al mercado, yo no estaba en la región, por lo que tuve que tomar una decisión rápida”, recordó. El anuncio no tenía fotos de la vista, pero Betsy decidió lanzarse y comprar la casa sin verla. “El fin de semana siguiente nos encontramos en la cabaña con la familia de mi hija para descubrirla por primera vez. Al caminar hacia la parte de atrás, nos miramos todos en shock. El panorama de la garganta del río era excepcional”, confesó.
Inmediatamente, la diseñadora de interiores llamó a su muy buen amigo, el arquitecto Paul Bates (a quien conoce desde hace 25 años), para remodelar esta pequeña propiedad de una sola planta que se extiende en una superficie de 139 metros cuadrados, con la idea de transformarla en su casa ideal de descanso y de vacaciones. “Sabía que Paul iba a inspirarse con el carácter humilde del proyecto”, comentó Betsy.
Originalmente construida en los años 1960 y renovada en la década de los 80, la cabaña situada en las montañas de Blue Ridge, al sur de la ciudad de Asheville, tiene un estilo que mezcla varias referencias: de los ranchos a la estética Mid-Century, pasando por la arquitectura Cracker que se caracteriza por sus formas sencillas, como techos de metal, el uso de madera para el exterior y chimeneas de piedra. Elementos brutos y detalles refinados combinan en este santuario atemporal que honra el espíritu del entorno.
Entre los cambios realizados, Paul Bates diseñó las puertas de acero y de vidrio, elevó el techo en la sala e incorporó paredes de tablones de madera en la cocina y en las salas de baño. “Queríamos que la atmósfera fuera cálida y auténtica, con objetos coleccionados a lo largo del tiempo. Nuestro objetivo consistió en respetar lo que ya existía y añadirle otra capa de sencillez, imperfección rústica y confort”, expresó Betsy Brown.
Cada rincón fue maximizado para proporcionar la mayor funcionalidad posible y los espacios fueron reorganizados para que desde el interior se pudiera admirar y capturar el panorama exterior asombroso.
Inspirada en la filosofía japonesa Wabi-Sabi que se enfoca en la belleza de la simplicidad y en la aceptación de lo que no es permanente, esta casa se volvió un verdadero refugio para Betsy en el cual olvidarse de las presiones de su propio trabajo y aprovechar tiempo de calidad con la familia.LO MÁS VISTO
Los pocos materiales y colores que fueron utilizados —como el roble y la piedra— forman parte del paisaje, lo que crea una conexión visual entre adentro y afuera. La madera que predomina en el interior da una sensación acogedora a esta vivienda donde se crearon algunos contrastes visuales y, al mismo tiempo, que todo se complementara. Piezas de mobiliario y de iluminación de Charlotte Perriand, Pierre Jeanneret, Marcel Breuer e Illum Wikkelso, entre otros, adornan los espacios de esta joya discreta que invita a la contemplación.