Urbanismo y Construcción

Casa Terracota: una sola pieza cerámica de 500 m2

La técnica constructiva del ladrillo se basa básicamente en moldear una mezcla de arcilla y agua, llevarla a un horno y cocerla para que le de su resistencia característica. El arquitecto Octavio Mendoza Morales decidió emplear esta técnica para construir una vivienda única, pero no hecha de ladrillos sino como una sola pieza de cerámica de 500 m2 resistente a la exposición de la intemperie.

El construir un proyecto con esta técnica constructiva permite una arquitectura sostenible y accesible sin mayor infraestructura, pues la materia prima para construir fue extraída artesanalmente del mismo suelo donde se emplaza la obra. Ubicada a las afueras de Villa de Leyva, en el departamento de Boyacá, Colombia, su arquitectura resalta ante las demás viviendas que mantienen un lenguaje colonial que es requerido para las construcciones más cercanas al pueblo histórico. La arquitectura de Octavio Mendoza honra la tierra emblemática de la zona, un referente icónico inclusive antes de la llegada de los españoles con su arquitectura importada.

«La Casa Terracota está hecha de tierra cocida por dentro y por fuera. A medida que se moldeaba el barro y se avanzaba con la estructura de la casa, se armaba un horno para cada ubicación que luego se incendiaba y ardía por días cocinando el barro hasta dar vida a la cerámica. La tierra cocida es capaz de sostenerse en el tiempo, el agua y el cambio climático no la destruirán.

Esta tecnología tiene muchas ventajas, entre ellas, que en su arquitectura se pueden utilizar recursos como la tierra sin importar la ubicación geográfica, levantando la construcción con las manos, como se haría una pieza de alfarería. La tierra, en su estado maleable, sube poco a poco; ella misma cierra, seca y forma todo lo que requiere un ser humano para llevar una vida confortable y funcional. De esta manera aprovechamos los procesos de la naturaleza porque provee opciones diferentes para coexistir con el medio ambiente.

Además, la tierra es un elemento térmico, guarda el calor y la energía del sol para las horas más frías de la noche, y provee un ambiente fresco para resguardarse del fuerte calor durante el día.

Por ser un sistema que aprovecha los procesos de la naturaleza, provee opciones distintas para coexistir con ese mismo medio entorno. Por ejemplo, en lugares como California sería la respuesta para sobrevivir a los incendios que azotan la región. Tras un incendio, con esta tecnología sólo se perderían los artículos, pues las construcciones en sí resisten a la inclemencia del suceso y, de hecho, se vuelven más resistentes como estructura gracias al calor.

Esta es la única arquitectura que necesita quemarse. Gracias a sus propiedades, la casa se convierte en un mecanismo de protección frente a los incendios, ya que como la cerámica no es un material combustible, se comporta como un freno frente al fuego, sirviendo como escudo.

Con Casa Terracota no solo se prueba la conexión mágica que tiene el hombre con la tierra, sino también la posibilidad de habitar un mundo más amable, más ecológico, más económico y más amigo del medio ambiente.

Dormir o habitar en una casa construida con el elemento tierra es más sano que vivir en un edificio lleno hierro o cemento. Esto, porque dicho elemento tierra en su gran mayoría está libre de componentes químicos y sintéticos a los que nuestro organismo puede reaccionar. Por tanto, una construcción en tierra será a largo plazo no sólo más sana para la naturaleza sino también para nosotros los humanos.

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