Arte

El arte urbano de Monkey Bird para conmemorar el 800 aniversario de la catedral de Burgos

Desde 1987 la Catedral de Burgos es Patrimonio de la Humanidad. La dupla de mecenas y artistas soñaron con erigir un lugar sagrado único y, sin duda, lo lograron. 

Su imponente edificación se sigue reinventando y los artistas continúan observándola con admiración. torno al templo se generan infinidad de obras, la última ha sido la creada por el dúo francés Monkey Bird, quienes han realizado un personal acercamiento hacia la centenaria arquitectura, trasladando todo un universo de símbolos del interior al exterior.

Esta pareja de artistas, nacidos en Burdeos, poseen una dilatada carrera que les ha llevado a pintar por lugares como Emiratos Árabes, Holanda, Países Bajos e Irlanda entre otros. Con su estética monumental repleta de referencias mitológicas y arquitecturas clásicas, unido a su personal código de color adquieren una seña de identidad única en el panorama del arte urbano internacional.

Bajo el título Mimesis, seres y lugares, Monkey Bird presenta un proyecto que rinde tributo a las comunidades de artesanos y constructores, los cuales gracias a sus minuciosos y exuberantes trabajos dotaron a la Catedral de Burgos de la riqueza y belleza que la conforma.

“Nuestra intención era ofrecer un efecto de compleja profundidad y monumentalismo, combinando algunas de las referencias más espectaculares del edificio como el retablo del altar mayor, con sus numerosos detalles, la Escalera Dorada o el óculo circular del centro de la fachada de Santa María.”

Como un símbolo de buena suerte para la comunidad, se represente en el centro al protector del pueblo, el Ángel Custodio, que bajo la apariencia de una garza real se muestra como un símbolo de luz y renacimiento, flanqueado por otros dos ángeles cuyos modelos originales se encuentran en la parte alta del templo y que aluden a la dualidad razón/emoción.

Esta es una de las singularidades de la Catedral que cuenta con un ejército de custodios alados que los protegen de modo peculiar. Y es que estos elementos la hacen única en la península en cuanto a remates creados con esculturas de ángeles, una construcción poco habitual en los edificios góticos, que suelen adornar sus exteriores con pináculos.

Las pequeñas aves representadas en la obra aluden al papamoscas cerrojillo, las cuales habitualmente anidan en las cavidades de la piedra, haciendo un guiño al famoso autómata del siglo XVIII presente en el edificio.

La intervención mural apela directamente a los viandates para generar un diálogo visual en torno al Patrimonio y la cultura contemporánea.

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