HABITAR…
Este virus es una tragedia, pero también puede ser la llamada de atención que necesitábamos recibir. No son días normales, es un aislamiento doloroso y un freno a la rutina, es como el reto de encontrar brillo en una gema sin pulir. La clave será doble, mantenerse a flote durante el tiempo de la emergencia, pues habrá una reducción drástica de ingresos, y lo más importante: no dejarse ganar por la tristeza, el enojo y la desesperación, por el tiempo que todavía falta. Y en relación al trabajo, son momentos de dedicarse a la lectura y la reflexión, a la planeación y el diseño, de espacios físicos, procesos y estrategias, pues son actividades personales e introspectivas. Prepararse para el doloroso regreso a la normalidad, a reinventarse y recoger los escombros que dejará la devastación.
Ahora que estamos confinados en casa, tal vez sea momento de hablar de salud y Arquitectura, tema este último que yo había dejado un poco de lado. Les platico: Hace 38 años diseñé mi casa familiar, construida en 7 medios niveles (split level), escalera central como tiro térmico (efecto chimenea), buen jardín y espacios con privacidad pero no aislados, con mucha luz y vistas, ventilada y fresca. No muy grande: 250 metros cuadrados. Desde el principio esto fue un experimento de vida. Mis hijos pequeños y una mujer maravillosa lo permitieron, de alguna manera esta casa nos educó a todos con un cierto grado de alerta y una diferente forma de convivencia. Los hijos realmente resultaron ser una estrella y dos cometas que solo nos han dado satisfacciones y alegrías, de niños disfrutaron la casa como un área de juegos, y los nietos siguen divirtiéndose con sus misterios y sorpresas . Pero esto no es todo, 38 años de subir y bajar escaleras teniendo que recordar qué llevar? qué traer? qué cerrar? qué abrir?… Esto ha sido sin duda, una forma de vivir que ha incidido en la salud y en la memoria de los que aquí hemos habitado, nos ha mantenido en buena condición física y mental. Sí, con diferencias que terminaron siendo aleccionadores. Ahora, parece ser que este experimento ha producido resultados tangibles en calidad de vida, salud, memoria y probablemente en longevidad. Este diseño también reconoce inspiración en aquel librito de F. Shumacher “Small is Beautifull” de 1969.
La soberbia denota por lo menos una gran inseguridad y un ansia de
reconocimiento, y cuando alguien necesita reconocimiento, es que no lo merece.
Ahora que no podemos hacerlo, percibimos con más claridad el valor de un
apretón de manos, de un abrazo, de una mirada, de un “IR” a un lugar que te ofrece una “experiencia”, lo que no es igual a por ejemplo, recorrer un museo de manera virtual, esto es algo que no encuentras en tu I-Pad. Es por eso que el diseño de los espacios físicos deben ser tan natural que no se note que fueron diseñados. Elegancia, gracia y calidez, además de funcionalidad, riqueza visual y complejidad que propicien secuencias y recorridos, estímulos a la imaginación y la introspección. Así, las alineaciones, conjunciones y convergencias entre vigas, muros, ventanas, columnas, losas y plafones de uno o varios espacios, pueden indicar un punto imantado del espacio. Como “El Aleph” de Borges, un punto elusivo, mágico y semi oculto que solo se devela a quien se toma el trabajo de
descubrirlo. Es la delicada interacción entre la geometría y la elasticidad.
Este 4 de abril se cumplió el primer año de haber iniciado estas publicaciones. Muchas Gracias! Por su compañía y estimulo…