Paisajes sensoriales: un jardín didáctico y experimental en Sicilia
El proyecto Paisajes Sensoriales forma parte de la Biennale del Giardino Mediterráneo y se sitúa en el Parque Botánico Radicepura, en la isla de Sicilia, Italia. Entre el volcán Etna y el Mar Jónico, Ivan Juarez plantea este laboratorio de investigación e iniciativa educativa que se enfoca en sentir el paisaje desde la conceptualización y el descubrimiento de métodos innovadores. La idea se centra en comprender el medioambiente a través de la experiencia de los sentidos y es por ello que decide realizar un homenaje a aquel paisaje a partir de un jardín transitable, didáctico y sensorial que incluye una colección de plantas representando la cultura mediterránea.
Sicilia se encuentra en una posición central en el mar Mediterráneo caracterizada por conformar un espacio de encuentro, hibridación y en constante evolución con múltiples dinámicas biológicas y movimientos culturales a lo largo de su historia. En la costa noreste de la isla, se extiende un paisaje único que sirve como punto de referencia sobre el Mediterráneo y enmarca un ecosistema de clima subtropical donde las especies vegetales conviven sobre una tierra productiva que constantemente se nutre de la arena volcánica negra esparcida por las erupciones del volcán.
Paisajes Sensoriales integra la Biennale del Giardino Mediterráneo, un evento que redescubre al jardín mediterráneo para promover la cultura ambiental ya sea desde del arte, el diseño, la literatura o la música. Tiene lugar en un parque hortícola de cinco hectáreas llamado Parque Botánico Radicepura que aloja a más de 3.000 especies botánicas y se concentra en distintas áreas en relación a la educación botánica, itinerarios o la investigación de la flora mediterránea.
Tratándose de un espacio interactivo y experimental, el proyecto apela a los sentidos (olfato, tacto, vista y gusto) potenciando la percepción del paisaje a través de diálogos sensibles. Conecta los elementos naturales característicos del territorio con experiencias que involucran aromas, texturas, sabores, sonidos y escenas. Su inspiración también se encuentra en la práctica mediterránea del cultivo de plantas en macetas que se realiza en espacios urbanos y domésticos exteriores como ser patios, balcones, terrazas, plazas o veredas.
Un hilo continuo enlaza a los visitantes con dichas experiencias sensoriales a lo largo del jardín. De esta manera, conectando escenarios y percepciones, se genera un jardín con múltiples capas a partir de paisajes tangibles e intangibles que incluye paisajes ambientales de plantas aromáticas, de gusto con plantas comestibles, visuales y táctiles con plantas de texturas.
La propuesta invita a generar un jardín participativo para con los ciudadanos que sea parte de un dispositivo colectivo y que fomente la interacción entre sus visitantes ofreciendo un espacio de diálogo, intercambio y difusión. Se piensa como un espacio abierto digno de albergar actividades como dibujar, escribir, leer y comer. A su vez, promueve la iniciativa de compartir como parte de la experiencia, brindando la posibilidad de que sus visitantes traigan consigo sus propias plantas.
El jardín se completa con el Laboratorio de Niños, un espacio de conocimiento y cultivo de plantas dedicado a que las nuevas generaciones creen sus propias huertas con semillas locales. Se proponen actividades lúdicas y didácticas basadas en el aprendizaje desde la experiencia, de manera tal de que los más pequeños descubran y compartan los conocimientos que tienen de su propio territorio en relación a los ciclos de la naturaleza, las prácticas de comida locales y los procesos de cultivo como la siembra y la cosecha.
Como se trata de un sistema de visualización interactivo capaz de transformarse constantemente, Paisajes Sensoriales posibilita crear diversos tipos de escenarios. Es un sistema que puede modificarse con cambios en su diseño y también crecer o reducirse generando diferentes espacios y actividades a lo largo del sitio.
