Urbanismo y Construcción

Estaciones de metro que fueron construidas por grandes arquitectos

Uno de los rasgos de identidad más notables de cualquier ciudad es el metro. La red es el principal medio de transporte de quienes habitan y transforman una urbe a diario y en él se escriben historias que forjan el carácter de cualquier ciudad.

A diferencia de los proyectos de estaciones de tren clásicos que nacieron en el siglo XIX como Gare du Nord, London St. Pancras o Grand Central, las estaciones de metro que se construyen en la actualidad están basadas en la funcionalidad, además de servir como un centro multimodal que conecta distintos tipos de transporte, todo sin descuidar la estética y las sensaciones positivas que debe remitir a las miles de personas que las utilizan a diario para moverse de un lugar a otro.

Estas son las estaciones de metro construidas por arquitectos famosos, que pusieron a prueba sus diseños y la aceptación de los usuarios para crear auténticos íconos que se unieron de forma indivisible al trazo urbano de las ciudades:

Bilbao Fosteritos

Metro de Bilbao, España

En 1988, el proceso de modernización de Bilbao convocó a un concurso para elegir el diseño que llevaría el metro de la ciudad. El proyecto ganador resultó ser del arquitecto británico Norman Foster, quien diseñó bocas de metro y estaciones modernas, funcionales y cómodas a partir de acero, cristal y hormigón.

A tres décadas de distancia del inicio de las obras, el Metro de Bilbao es un ícono de la ciudad y un ejemplo exitoso de integración de un proyecto al entorno urbano.

Los bilbaínos llaman fosteritos a las peculiares entradas de acero y vidrio que nacen del suelo y dirigen a las estaciones subterráneas, que hoy forman parte del pulso cosmopolita de la ciudad española y la han colocado como una de las mejor planeadas de la actualidad.

Candelaria, La Merced y San Lázaro, México

El arquitecto mexico-español Félix Candela participó activamente en el proyecto de la Línea 1 del Metro de la Ciudad de México, diseñando tres de las estaciones con mayor flujo de usuarios: Candelaria, La Merced y San Lázaro.

Las entradas hacia el subterráneo diseñadas por Candela se levantan sobre pilares que sostienen a los techos ondulados basados en la técnica arquitectónica del paraboloide que popularizó.

Al interior, la estructura crea un techo alto que recibe luz naturalmente a través de rendijas y un tragaluz alargado en la nave central, todo con el estilo futurista que caracterizó al arquitecto. Hoy son parte de la columna vertebral del Sistema de Transporte Colectivo en la capital y dan acceso a miles de usuarios a mercados y avenidas a unos pasos de la boca de metro.

Oculus Nueva York

World Trade Center Transportation Hub, EEUU

Una de las obras más icónicas y polémicas de Santiago Calatrava es la terminal multimodal de transporte en el World Trade Center de Nueva York, una estación que conecta la mayoría de servicios de transporte de la Gran Manzana e incluye un centro comercial, remodelada por el arquitecto español en 2004.

El gran protagonista de la obra es Oculus, la estructura elíptica que se levanta a una altura de 88 metros con una especie de columnas en forma de costillas que permiten la entrada de luz natural, mientras que la fachada imita algunas formas orgánicas, con la apariencia de un ave abriendo sus alas.

Con distintas plataformas y niveles, el WTC Transportation Hub es un punto esencial para la movilidad de los neoyorquinos junto con Grand Terminal y Penn Station. Tras un retraso en la finalización de las obras y un aumento súbito de su costo, la terminal finalmente fue inaugurada en 2016.

Zaha Hadid Austria

Nordpark Railway Stations, Austria

Aunque no se trata exactamente de una estación de metro, en 2004 Zaha Hadid Architects diseñó un proyecto para construir cuatro estaciones que forman una línea de teleféricos a lo largo de más de una milla en Innsbruck, Austria.

La principal característica de las estaciones son sus cubiertas paramétricas típicas en la arquitecta anglo-iraquí, formadas por estructuras de vidrio con tonalidades claras y distintas entre sí, que parecen imitar montañas cubiertas de nieve y formas propias del paisaje de la región.

Las estaciones se iluminan y fluyen a través de escaleras eléctricas, túneles y espacios de espera, creando una sensación de movimiento permanente al recorrerlas.

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