Urbanismo y Construcción

Un hotel flotante de ensueño en Suecia con vistas a las auroras boreales

Hay algo de mágico y poético en eso de pasar estancias y momentos de nuestras vidas en alguna habitación con vistas que haga de los instantes vividos algo mucho más inolvidable.

Las auroras boreales son los fenómenos atmosféricos más mágicos que hay y, conscientes de ello, los países que tienen la ubicación perfecta para avistarlas, están aprovechando este regalo de la naturaleza como un reclamo turístico que es caballo ganador.

Si en Finlandia triunfan los iglús de vidrio con boreales vistas, el turno es ahora de Suecia y un hotel flotante que ha abierto sus puertas, en mitad de un río congelado, para ofertar la misma inolvidable experiencia.

Tras 16 meses de construcción, un hotel spa construido en el río Lule en la provincia norteña de Laponia, ha sido inaugurado; «Arctic Bath», es un alojamiento de ensueño que consta de 12 habitaciones que se reparten en seis cabañas terrestres elevadas y seis cabañas que flotan cuando el río se derrite.

En el centro, hay una estructura circular con saunas, baños calientes alrededor del perímetro y un gran baño de hielo en su núcleo.

Para las habitaciones flotantes y la estructura principal, los arquitectos Bertil Harström y Johan Kauppi se inspiraron en el diseño de las estructuras utilizadas por los madereros para transportar los árboles talados río abajo.

Las cabañas terrestres fueron diseñadas por Ann Kathrin Lundqvist con paredes de vidrio que brindan a los huéspedes la oportunidad de disfrutar del alucinante paisaje sueco circundante.

Lundqvist declara, «Tanta investigación, ingeniería e ingenio se han unido para brindar a los visitantes una experiencia que no pueden encontrar en ningún otro lugar».

Ya pueden reservarse habitaciones en el hotel; la más barata cuesta unos 1,100 dólares y quedan fechas disponibles entre febrero de 2020 y febrero de 2021.

Además de poder disfrutar de una arquitectura única, los visitantes pueden gozar de varios tratamientos de spa y bienestar, alta cocina y actividades que incluyen yoga, trineos tirados por perros o esquí pero, sin duda, lo que no tiene precio y es el principal reclamo, es el avistamiento de las auroras boreales por la noche.

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