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Arquitectura y salud: ¿cómo el espacio impacta el bienestar emocional?

Los consejos para diseñar entornos más saludables, como priorizar la ventilación y la iluminación naturales, el buen rendimiento acústico, la especificación de materiales y muebles, no son una gran noticia para los profesionales en el campo, pero la forma en que la psicología del espacio puede afectar el comportamiento humano y la salud mental son estudios en el que no todos han explorado.

En los espacios de trabajo, por ejemplo, podemos ver que algunas estrategias son fundamentales para el bienestar del equipo. La versatilidad del espacio y los muebles que pueden traer diferentes diseños dan lugar a la creatividad y pueden hacer que la vida cotidiana sea menos repetitiva, mejorando la experiencia espacial de cada persona. Pensar que un espacio puede proporcionar un mayor aislamiento o interacción con los demás es fundamental para que las personas encuentren el lugar ideal para cada tarea que necesitan realizar en su vida diaria.

Además, aspectos como la biofilia –sobre todo cómo el color verde, además de la estética, incide directamente en nuestra sensación espacial y nos calma– o la posibilidad de crear áreas al aire libre son fundamentales para mejorar la calidad del espacio, aportando más recursos y eficiencia a cada persona, así como puede afectar directamente su estado de ánimo y su salud.

Además de los espacios cerrados, todavía podemos centrarnos en las ciudades. A partir de la pregunta de cómo se conecta el espacio público con la salud mental, podemos ahondar en la psicología de la escala para comprender cómo la relación entre personas y edificios afecta al conjunto de la sociedad ya que, según Jan Gehl, “la sensación de confort y bienestar al estar en una ciudad depende profundamente de las relaciones que se puedan crear entre la estructura del espacio y la presencia del cuerpo humano”.

Destacamos también que el logro de una ciudad saludable pasa por la relación entre la planificación urbana y la salud pública, sin olvidar la necesidad de pensar en los árboles como infraestructura, ya que los estudios muestran varios beneficios que ofrece la vegetación, entre los que podemos mencionar tasas más bajas de depresión, asma y enfermedades cardíacas.

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