Urbanismo y Construcción

Arquitectura emocional: entre el funcionalismo y la identidad mexicana

La arquitectura emocional surgió como un movimiento a mediados del siglo XX en México, con la intención de buscar la transición de la arquitectura puramente funcional a la recuperación de la identidad mexicana.

Siendo Mathias Goeritz y Luis Barragán dos de los grandes impulsores de esta corriente, la arquitectura emocional toma en cuenta factores como el color, la iluminación y el agua, características que ponen a trabajar todos los sentidos en el ser humano para propiciar distintas sensaciones y emociones.

A continuación, compartimos todo lo que debes saber sobre la arquitectura emocional, una transición entre el funcionalismo y la identidad mexicana.

Museo Experimental El Eco.
Museo Experimental El Eco por Mathias Goeritz, una expresión de la arquitectura emocional. Wikipedia

¿Qué es la arquitectura emocional?

La arquitectura emocional es un movimiento que surgió en México a mediados del siglo XX, el cual buscaba una transición entre la arquitectura puramente funcional y la recuperación de la identidad y tradición de la arquitectura mexicana.

Dado que para esta corriente la arquitectura es una obra de arte, las obras de esta etapa tienen la necesidad de provocar emociones y sensaciones en el espectador por medio del espacio.

Mathias Goeritz, el principal impulsor de esta corriente en México, publicó el “Manifiesto de Arquitectura Emocional”, en el cual afirma que existe una manera en que percibimos y habitamos dentro de los espacios, más allá de su funcionalidad.

Así, para poder apreciar un espacio de manera emocional se toman en cuenta factores como el color, la iluminación y el agua, características que ponen a trabajar todos los sentidos en el ser humano y, al apreciarlos de manera conjunta, propician sensaciones y emociones únicas en cada persona.

Casa Liraldi de Luis Barragn.

¿Quiénes fueron los principales impulsores de la arquitectura emocional?

Mathias Goeritz fue el principal impulsor de la arquitectura emocional en México, al grado de publicar el “Manifiesto de Arquitectura Emocional”, en el cual detalló los cánones de esta corriente y afirma que la arquitectura es una obra de arte, por lo que debía ser tratada como tal.

Así, una de las obras más famosas de Goeritz, el Museo Experimental El Eco en la Ciudad de México, es considerado una obra importante dentro de esta corriente, en la que este utilizó el color, la forma y textura para provocar emociones.

También, Luis Barragán es considerado uno de los impulsores de la arquitectura emocional, ya que en sus obras utiliza agua, muros, vegetación, patios, luz y color para crear sensaciones.

De igual manera, Ricardo Legorreta solía incluir muros, patios, agua, luz, color y misterio en sus obras, por lo que se considera uno de los arquitectos de este movimiento, como lo hizo también el arquitecto Attolini Lack.

Camino Real.
Camino Real, obra de Ricardo Legorreta considerada como arquitectura emocional. Wikimedia

Obras de la arquitectura emocional

Existen obras que se consideran importantes dentro de la arquitectura emocional, como el Museo Experimental El Eco de 1952 por Mathias Goeritz, un edificio donde se concentró el aporte de destacados representantes de la vieja vanguardia mexicana y de la disidencia del muralismo.

Este museo es una pieza clave en el desarrollo del lenguaje artístico de Goeritz, al ser un espacio de síntesis de la pintura, la escultura y la arquitectura, por medio de volúmenes geométricos, que sirvieron de soporte tanto a una modalidad pictórica monocromática como a una vertiente de poesía visual a escala monumental.

Asimismo, la Casa Estudio de Luis Barragán en la Ciudad de México es un ícono de la arquitectura emocional. Al entrar, un fuerte amarillo contrasta la realidad externa de la Ciudad de México.

Su interior provoca fantasía y juega con los colores, techos y ventanas para provocar sentimientos de claustrofobia y al mismo tiempo, hacerte sentir en un espacio seguro. También, pequeños pasillos revelan grandes ventanales para transformar el sentimiento de opresión en uno de completa libertad.

Otra manifestación de la arquitectura emocional son las **Torres de Satélite de 1957 por Luis Barragán y Mathias Goeritz,** un conjunto escultórico de cinco prismas triangulares de distintos colores y tamaños en una explanada ubicada en Ciudad Satélite, un emblema de la producción artística grupal y parte del paisaje urbano de la ciudad.

Las Torres de Satlite.
Mostrar más

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *