Urbanismo y Construcción
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El urbanismo líquido y la sociedad rápida

La Sociedad actual vive en un ritmo frenético e impredecible, cada año nos encontramos con nuevos conceptos y nuevas realidades sociales que necesitan su espacio en la sociedad, y por tanto deben tener su espacio en la ciudad, pero

¿Qué pasa cuando vivimos en ciudades planeadas y diseñadas para una sociedad mucho más fija e inflexible?

Zygmunt Bauman, sociólogo de referencia de nuestro siglo, acuño el termino Modernidad Líquida, para definir el momento histórico actual, en contraposición con una sociedad llena de normas y esquemas sociales, nos encontramos con una generación opuesta, una generación que pretende redefinirse desde sus bases y cuyos mayores valores no son la rectitud y la constancia sino la flexibilidad y la adaptación, como un líquido que es capaz de adaptarse a su continente de manera inmediata y sin esfuerzo.

Con este cambio de paradigma sociocultural, es incomprensible que esto no se vea reflejado en los esquemas urbanos, ya que son contenedores de la sociedad.

Durante estos últimos años nos encontramos con que el uso de las calles, parques y espacios públicos en general se están flexibilizando para dar cabida a numerosos eventos y a diferentes situaciones que cada día surgen en nuestras ciudades.

Es ahí donde aparece el concepto de arquitectura efímera, para suplir todas esas necesidades cambiantes y temporales que requiere la ciudad.

¿Realmente el urbanismo debe ser efímero? ¿O debería ser líquido?

El urbanismo debería ser capaz de adaptarse y de dotar a los ciudadanos de las herramientas necesarias para cumplir con las necesidades urbanas y sociales que requieran cada momento. El concepto es aún más evidente cuando el diseño urbano es capaz de adaptarse y de promover a su vez la interacción entre las personas y el espacio.

La búsqueda de un espacio mucho más libre y cambiante es el nuevo urbanismo. Con mobiliarios urbanos agrupables, movibles y flexibles, que puedan ser aprovechados para la función deseada.

Como decía Bauman en la sociedad actual no buscamos soluciones definitivas, es más no nos gustan, entonces,

¿Por qué seguimos buscando este tipo de soluciones para los espacios públicos cuando el cambio en la mentalidad ya es evidente?

Cuando no notamos el entorno construido, afirma silenciosamente nuestro derecho a estar allí, así se demuestra nuestro sentimiento de pertenencia. Cuando lo hacemos, es porque nos dice que somos extraños a ese espacio. El COVID19 enos fuerza a todos a ser conscientes de como el diseño del entorno construido dicta como experimentamos el mundo, y a plantear nuevas soluciones ante este momento cambiante.

Todos a lo largo de nuestra vida hemos experimentado como plazas de nuestras ciudades han sido reformadas varias veces, probablemente intentando evitar que sean espacios vacíos y sin uso, pero que tras su modernización, vuelven a repetir los mismos esquemas rígidos que acaban por crear espacios inhóspitos. Espacios, que con el paso de los años la gente va apropiándose, hasta la siguiente reforma que vuelve a expulsarles de él.

El urbanismo líquido y la sociedad rápida

Entonces, ¿Cómo será el urbanismo del futuro?

Sin lugar a duda será el urbanismo líquido, un urbanismo que acompañe y se vaya adaptando a las necesidades de los habitantes de una ciudad. Es el momento de que la ciudadanía domine su propio espacio urbano, y que la ciudad sea el bastón donde esta pueda apoyarse para conseguir sus metas, dejando de ser el ciudadano, el que constantemente, tenga que enfrentarse con los esquemas urbanos, que rigen las grandes urbes.

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