Urbanismo y Construcción

Miguel de la Torre presenta una instalación que reinterpreta el altar del Día de Muertos

Con motivo de una de las celebraciones más importantes en México, el arquitecto Miguel de la Torre diseña cada año una instalación que tiene lugar los días 1 y 2 de noviembre. Durante esta celebración, se emplean flores de cempasúchil, una planta originaria de México la cual florece en otoño. Según la tradición que data de la época prehispánica, se emplean pétalos de cempasúchil color amarillo/naranja, los cuales marcan el camino que deben recorrer los muertos durante la visita ya que se cree que guardan la luz y el calor de los rayos solares.

Con esto en mente, este ejercicio se basa en reinterpretar la tradición del altar de muertos para que siga trascendiendo en las generaciones actuales y futuras. El pabellón se compone por 600 tubos de acrílicos de 10 hasta 60 cm de altura con un capuchón amarillo y una luz en la base, colocados en una retícula de 30×30 cm que cubren un área aproximada de 50m2 (los cuales representan las flores de cempasúchil), generan una onda de luz en la obscuridad y un campo flotado de color en el día.  

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